Con El desembarco de los bucaneros, Peñíscola bajó ayer el telón de las seis sesiones de simulaciones de rodajes, inspirados en distintas temáticas que, coincidiendo con el puente de octubre, se han desarrollado en distintos puntos del casco antiguo. La programación dio la oportunidad a los visitantes de conocer los entresijos de la grabación de un audiovisual y de encarnar algunos de los papeles que han representado míticas figuras del séptimo arte.

En el pase de ayer, basado en las películas de aventuras de piratas, con atrezzo y decorados ambientados para la ocasión, el público asistió a la puesta en escena de un desembarco de bucaneros en el que no se escatimaron recursos. Así, entre los muros de la batería del calvario retumbaron las salvas de cañones, el fuego cruzado y las explosiones. De hecho, las escenas tuvieron tal realismo que causaron algún susto, aunque sin consecuencias graves.

Tampoco faltó, una vez más, la colaboración del respetable que, siguiendo las instrucciones del director del espectáculo, Luis Leal, se desgañitó en el momento que los bucaneros tomaron tierra y vencieron, en combate de sables, a los soldados del ejército francés.

BALANCE POSITIVO

La concejala de Turismo, Raquel París, mostró su satisfacción por el éxito de la iniciativa. «Se ha controlado que el público nunca fuera superior a 400 personas, que es lo que marca la normativa en materia de seguridad sanitaria, y, respetando ese límite, la asistencia ha sido más que óptima», aseguró.

La responsable de Turismo también destacó la buena acogida de la actividad. «Han sido muchas las personas que nos han comentado que les ha gustado mucho y eso nos anima a seguir trabajando en esa línea», dijo. Peñíscola tiene una amplia trayectoria como sede de rodajes desde hace décadas.