A los problemas de escasez hídrica que arrastra la Pobla de Benifassà por la extrema sequía que sufre, ayer se unió un fallo en la previsión de la recarga del depósito con cubas que dejó a los vecinos sin suministro de agua.

Las reservas se quedaron vacías sobre el mediodía y no recuperaron el servicio, aunque sobre las 19.30 horas el agua volvió a salir con escaso caudal en algunas casas. Será esta mañana, después de los análisis pertinentes, cuando volverá la normalidad.

«Ha sido una situación puntual, porque pusimos agua el viernes y pensábamos que aguantaríamos hasta el miércoles, pero ayer se acabó y el camión cisterna no pudo venir hasta el final de la tarde. Esperamos que no vuelva a pasar y haremos todo lo posible para no cortar la red en los próximos días, ante la llegada de la Navidad. No podemos hacer mucho más, salvo rogativas», según manifestó el alcalde, David Gil.

PREOCUPACIÓN // Testimonios de residentes, como Manola Miró, muestran temor por la falta de precipitaciones. «Si no llueve, milagros no sabemos hacer. No sé cómo pasaremos fechas como las que vienen; nos cuesta afrontar una situación así», relata la vecina. Otra afectada, Pilar Durall, explica: «Ahorramos al máximo. Ponemos lavadoras y lavavajillas hasta los topes, bebemos agua embotellada...» «O llega la lluvia o esto solo puede ir a peor», vaticina alarmada por la situación.

José Ramón Royo, edil de la oposición, cree que las cubas no pueden ser la solución para el día a día. «Se debería llenar el depósito del todo, con 600.000 litros, para que dure más y no se nos vacíen las reservas», concluye.