Pese a las diferentes medidas tomadas hasta el momento, el creciente número de conejos continúa generando serios problemas en el término municipal de Moncofa, básicamente en los campos que aún siguen cultivándose.

La apertura de la temporada de caza permite a los aficionados a esta práctica cinegética matar a los animales de esta especie que, en los últimos años, se han constituido en una auténtica plaga, en especial en la zona sur del municipio, con una afección mayor en las partidas Molsars, l’Alqueria, Fontanals y toda el área agrícola que bordea el cauce del río Belcaire, en la zona más próxima a su desembocadura.

Cada fin de semana son decenas los conejos que son abatidos por los cazadores. Se trata de una gran ayuda para los agricultores que aún continúan manteniendo sus campos, tanto de hortalizas como de cítricos, y que ven con sus propios ojos los daños que provocan los lepóridos.

Y a esa lucha se suma la Cooperativa de Exportación Soex-2, a través del proyecto que impulsa para recuperar huertos abandonados. En concreto, ya son 200 las hanegadas que han pasado de ser tierras yermas a volver a plantarse de frutales u otras especies vegetales. Unos labradores que tienen que ingeniárselas para que los conejos no dañen sus naranjos o granados, pero que apuestan por restablecer el cultivo de los campos como arma complementaria para evitar la expansión de este mamífero invasor. El mismo camino sigue la Cooperativa de Suministros Agrícolas, que también promueve un proyecto de similares características.

AYUNTAMIENTO // Ante esta situación, y con el objetivo de reducir la plaga, desde el Ayuntamiento se obliga a los propietarios de campos abandonados a que los adecenten, eliminando las hierbas y arbustos que crecen de forma salvaje. En cualquier caso, desde el consistorio afirman ser conscientes «de la difícil situación por la que atraviesa la agricultura», por lo que se ven con buenos ojos los proyectos puestos en marcha por las dos cooperativas agrarias, «porque con ellos se contribuye a facilitar la reducción de huertos abandonados». Una reversión que dificulta la expansión de los conejos, que aprovechan los espacios sin cultivar para excavar sus madrigueras sin que nadie les moleste.

Cabe recordar que en la batalla para controlar la expansión de estos lepóridos, durante el paso mes de mayo se programó una innovadora suelta de hurones adiestrados, pero las proporciones que alcanza la plaga convierten en poco efectiva esta medida.