Tras años de estudios y excavaciones, el proyecto de visibilización del refugio antiaéreo del camí d’Onda, en Burriana, entra en la fase final de su ejecución con distintas labores con las que persiguen reforzar la estructura del recinto, de manera que en el futuro pueda ser visitable, lo que contribuirá a dar a conocer un aspecto más de la historia local.

El concejal de Cultural, Vicent Granel, explicó ayer que lo positivo es que están «recuperando un espacio que es muy importante para que, tanto la gente de Burriana como todo aquel que lo desee, pueda entrar en el refugio y experimentar lo que pudo suponer vivir en su interior».

partes MÁS SENSIBLES / Los operarios trabajan en la actualidad en los puntos más críticos del entramado que discurren por el subsuelo en el cruce entre las calles San Juan de la Cruz y el camí d’Onda. En concreto, están reconstruyendo las bóvedas de la crucería y creando otras nuevas para garantizar la seguridad.

En la fase previa a esta intervención, procedieron al saneamiento y limpieza de la superficie que ocuparán las nuevas bóvedas, de manera que, una vez acabadas, la cámara superior pueda rellenarse con espuma de poliuretano, que evitará la caída de escombros que pudieran dañar la construcción.

La nueva entrada al refugio, ubicada en la puerta de la iglesia de los padres Carmelitas, está totalmente asegurada. Granel indicó que «como el acceso ya es seguro», esperan que eso facilite la labor de los operarios para que puedan «acelerar la conclusión de las obras». Y es que, hasta ahora, el único modo de entrar en el refugio era a través de un pozo, pero, como estaba previsto en el proyecto redactado por el arquitecto Iván Chabrera, han construido una escalera protegida por una estructura metálica recubierta de acero y madera que, cuando esté cerrada, se convertirá en un banco. Todo está financiado en la estrategia Edusi.