Edificios y fachadas que pasan desapercibidos ante los ojos del peatón se han convertido en protagonistas de una iniciativa del consistorio de Vinaròs, consistente en una ruta por edificios modernistas, con el fin de dar el valor que merecen a las casas de principios del siglo pasado.

El estilo, propio de la Europa novecentista y que alcanzó su máximo influjo con figuras como Gaudí, llegó a Vinaròs en forma de edificios que se utilizaban como viviendas familiares. Hoy, el desarrollo urbanístico ha acabado con la mayoría, aunque algunas todavía se conservan para deleite de los aficionados a la arquitectura y de la historia.

La iniciativa, impulsada por Javier Balada y Jordi Romeu, recoge una muestra fotográfica que puede visitarse en la biblioteca municipal y que exhíbe algunos de los principales ejemplos del modernismo que todavía hoy se conservan, como la Casa Ángel Giner o Casa Sendra.

Además, se ha editado un tríptico que recoge una docena de edificios de este estilo y elementos interiores como puertas y estructuras de hierro. El material ha sido aportado por el Centre d´Investigació i Documentació y el historiador Carlos Catalán, quien destacaba que el modernismo en Vinaròs se caracteriza por "el uso de baldosas de cerámica vidriada o del hierro". Y apuntó que las viviendas modernistas de Vinaròs cuentan con una estructura que se repite: "Son de tres plantas, con una primera que cuenta con un balcón corrido, una segunda con dos balcones separados, y una tercera con muchas ventanas".

El historiador apuntó que en esta población la luminosidad se lograba a través de los grandes ventanales y de los patios de luces. "Ese es otro de los rasgos comunes que tienen estas construcciones en Vinaròz", dijo.