Las obras de reforma y adecuación de la plaza de la Estación de Benicarló se han topado con una traba que el consistorio pretende reconvertir en un beneficio para el conjunto de la población. Se trata de la existencia de dos ejemplares arbóreos de gran tamaño ubicados junto a los inmuebles ahora en proceso de derribo y que afectan a los trabajos. La proximidad de los árboles a las casas dificulta las tareas. «Nuestra intención es salvarlos y hacer lo mismo con la palmera», señala la alcaldesa, Xaro Miralles.

En este sentido, indica que la técnica de la empresa adjudicataria de las obras le comunicó que próximamente un topógrafo marcará la situación de los mismos para su conservación. «Con ello es posible que se pierdan plazas de aparcamiento, pero el sacrificio valdrá la pena, pues, además de respetar el medio ambiente, mejorará la imagen del espacio y servirán para crear un área de sombra», argumenta.

La misma filosofía aplicarán en las intervenciones que paralelamente se desarrollan en la avenida Felipe Klein y de cuya ejecución se encarga la mercantil IFF. También se marcarán topográficamente los ejemplares de Platanus hispanica que se levantan a ambos lados del concurrido paseo y que forman parte del paisaje y la historia local. «La intención es proteger el máximo número posible», destaca el arquitecto municipal, Luis Pérez.