La socialista María Jiménez fue una de las sorpresas de las pasadas elecciones municipales del 26-M. Se presentaba por primera vez y rompió la hegemonía del PP en Orpesa --el PSPV nunca había ganado ni gobernado-- y se convirtió en la primera alcaldesa de la historia del municipio, así como la más joven de la Comunitat que ejerce la vara de mando en una ciudad relevante, en cuanto a número de vecinos. Compartirá legislatura con Araceli de Moya, de Ciudadanos, quien será la munícipe los dos últimos años. Además, Jiménez ejerce de diputada de Medio Natural y Patrimonio en la Diputación del cambio.

--¿Cómo lleva ser una de las alcaldesas más jóvenes? ¿Ha sido un hándicap en algún momento?

--Al principio sí. Entre la gente, cuando me presenté se comentaba «es muy joven», «es demasiado joven», pero yo siempre digo lo mismo: la juventud tenemos empuje y ganas de comernos el mundo. Transportar esa energía a la política es algo positivo. Te da fuerzas y otro punto de vista. Hay cosas que, conforme cumples años, no te atreves a hacer y, cuando eres joven, tienes ese empuje que te da fuerza para llevar el cargo.

--¿Desde cuándo en política?

--Llevo desde los 18 años. Comencé en la agrupación socialista local. Empecé a caminar desde aquí y he llegado a donde estoy.

--Tras los comicios se produce el pacto con Ciudadanos. ¿Cómo está funcionando y qué previsión tenéis para todo el mandato?

--Tuvimos que pactar porque nosotros sacamos cinco ediles y la mayoría absoluta son siete. Cs logró dos concejalas. Llegamos a un entendimiento e hicimos un acuerdo. De momento, este medio año que llevamos vamos bien. Las sensaciones son buenas.

--La desaladora ya está en marcha. De hecho, aquí en el ayuntamiento el agua es desalada.

--Somos el único municipio de la provincia que, a día de hoy, tenemos 100% agua de desaladora. Nos falta una zona, pero será cuestión de un mes o dos de solucionarlo. Cuando llegamos al gobierno, la calidad del agua era pésima. Los informes de Sanidad se pasaban justitos. Por ello, nos propusimos poner en marcha la infraestructura como fuera. Hicimos un convenio con Aquamed y, progresivamente, la hemos incorporado y el resultado es muy bueno. Por una parte, por lo que supone para los vecinos tener agua de calidad, no comprarla, y es buena para los electrodomésticos. Por otro, está el tema medioambiental. Tenemos unos pozos muy salinizados, con lo que suponía para el medio natural.

--¿La gente es reacia? ¿Qué sabor tiene el agua desalada?

--Al principio lo era. Ahora, los vecinos están muy contentos. En el ayuntamiento teníamos agua embotellada y la hemos quitado para instalar fuentes con agua desalada. El sabor es muy bueno.

--¿Cómo se combina ser alcaldesa y diputada?, ¿cómo concilia?

--Actualmente, mi vida está dedicada 100% a la política. La verdad es que con la familia tengo mucha suerte. Todos lo han visto bien. Están muy contentos y me apoyan al 100%, aunque voy a casa solo una hora para comer.

-- En la Diputación gestiona Patrimonio, en una provincia que tiene verdaderos tesoros.

--Soy muy privilegiada, siempre lo digo. Los habitantes de la provincia tenemos de todo: mar, montaña, cultura... Hay que sacar partido a lo que somos y tenemos.

--¿Cuáles son los proyectos previstos para sacar adelante desde la alcaldía y cambiar la política que se realizaba anteriormente?

Orpesa tiene muchos recursos que, bajo mi punto de vista, no se han aprovechado estos años atrás. Tenemos un presupuesto elevado al que tampoco se ha sabido sacar partido. Por ejemplo, no tenemos piscina municipal y nuestros vecinos se tienen que ir a la localidad de al lado a hacer natación. Por eso rescatamos este plan. No tenemos un centro de salud acorde con las necesidades y, ante eso, iniciamos conversaciones con la Conselleria de Sanidad. Creo que habrá entendimiento. Y no tenemos residencia de la tercera edad, por lo que en 2020 compraremos un solar para impulsar su construcción.

--¿Qué herencia habéis recibido de los anteriores gobiernos del PP? ¿Estáis hipotecados por proyectos que se han hecho antes que no tienen resultado?

--El ayuntamiento no está hipotecado y, por suerte, no hay deuda. La herencia recibida, por decirlo de algún modo, era la falta de servicios básicos y que el municipio estaba prácticamente muerto.

--¿Qué le falta a la ciudad?

--Estamos trabajando mucho para que Orpesa tenga una oferta cultural. No se hacía absolutamente nada y ya hemos activado una agenda de actividades. También actuamos en los servicios sociales, en materia de igualdad. Son pequeñas medidas, pero que en el día a día la gente lo nota.

--¿Cómo están las relaciones del consistorio con Marina d’Or?

--La relación es buena. Viene mucha gente a la localidad a través de las instalaciones que tiene Marina d’Or en el municipio. Para nosotros, como Ayuntamiento, todo el mundo que venga por el motivo que sea es bienvenido.

--¿Y la política turística del ayuntamiento, en qué se basa? ¿Qué acciones preparáis?

Cuando llegamos estaba destinada a ferias de turismo y vender el nombre de Orpesa. Nosotros hemos redireccionado el área de Turismo. Pensamos que ir a ferias está bien, pero el dinero que salía del Ayuntamiento para ello realmente no volvía. Iremos a las necesarias y a las que sí tienen repercusión, y con el dinero restante desarrollaremos actividades turísticas para vender el municipio. Eso sí que supondrá un cambio para atraer más gente durante todo el año, aprovechando puentes o vacaciones en Madrid, Aragón o País Vasco. También vamos a impulsar una guía anual, tanto turística, como cultural. Hay que poner en valor los recursos históricos, como el casco antiguo que hay que potenciar.

--El verano pasado se reclamó desde ayuntamientos de la costa la falta de policías locales ante el aumento de población. Finalmente, la Generalitat permitirá contratar de forma temporal.

--Es una solución que, de momento, está bien. Pasamos de 9.000 a una media de 100.000 habitantes durante el verano. Hay registros de que el 15 de agosto se llegó a 150.000 personas. Evidentemente, no te hace falta la misma policía en enero que en agosto.

- Veo que estás encantada al frente del consistorio de Orpesa.

--Van a ser cuatro años llenos de actividad y de dedicación total y absoluta por mi parte. Al final, siempre digo lo mismo: estoy aquí de manera voluntaria, nadie me ha obligado. Por eso, tengo la obligación personal y moral de atender a todo el que venga, a dar explicaciones y estar para los vecinos las 24 horas. Estoy aquí porque yo lo he elegido.