Que el Teatro Municipal Carmen Tur de la Vall d’Uixó acogía ayer un acto de relevancia se dejó sentir desde el mismo momento en el que la falla Sud-oest hizo acto de presencia para celebrar la exaltación de las falleras mayores que la representarán en el año de su 25 º aniversario, Irene García Angosto y la niña Rebeca Madrigal Sánchez, acompañada por el presidente infantil, Marcel Paulo Martínez.

Soraya Cáceres, la presidenta de la comisión, ya lo dijo en los momentos previos: «En los tiempos que corren, todos estamos muy contentos de haber llegado hasta aquí tan unidos». Y es que los 130 abonados mantienen las ganas y el espíritu festivo que fraguó la fundación de la Sud-oest, en la avenida del mismo nombre, en la carnicería de Marcelino, donde los fundadores concretaron su deseo de plantar un monumento, como otras comisiones ya llevaban algún tiempo haciendo en otras zonas de la ciudad.

IDENTIDAD COMPARTIDA / En el que fue el primer acto de esta conmemoración, la emotividad y el sentimiento fallero se dejaron sentir en cada instante, en cada gesto y palabra. Con la magia como hilo conductor y lo mucho que tiene de ilusión compartida esta fiesta, se desarrolló un acto en el que las 20 integrantes de la corte de honor --13 mayores y 7 infantiles-- asumieron de una manera original la función de mantenedoras, con el respaldo que les proporcionó una caja en la que cada una depositó su interpretación de las fallas con todos los elementos que son su razón de ser.

La actuación de Shoto Company y su espectáculo de baile adornó una presentación en la que el sentimiento de unión que genera de forma natural cualquier familia --la carnal y la que constituye la falla--, se convirtió en la mejor explicación al por qué de su larga vida.

Como colofón y despedida, la presentadora leyó un escrito en el que se recordó a todos cuantos han garantizado la pervivencia de la Sud-oest y juntos soplaron las velas de su cumpleaños.