La alcaldesa de Canet lo Roig, María Ángeles Pallarés, manifiesta su preocupación por el estado que presenta el recinto del Calvario, que recientemente ha sufrido un nuevo desprendimiento de piedras de grandes dimensiones. «Por fortuna, no hay que lamentar desgracias personales, pero nos vemos impotentes porque el tiempo juega en contra nuestra y estamos perdiendo un bien de relevancia local con la categoría de monumento», señala la munícipe.

Situado sobre un montículo a la entrada de la población, el Calvario es un ejemplo de la arquitectura ilustrada barroca valenciana del siglo XVIII. La intención del consistorio es restaurarlo y convertirlo en un espacio de uso cultural. «Vamos a costear con fondos propios un proyecto que presentaremos a las convocatorias de ayudas y subvenciones regladas, pero mientras realizamos todos los trámites el grado de deterioro se agrava». Hace unos meses ya llegaron a un acuerdo de cesión con la diócesis de Tortosa para actuar, pero hay miedo ante los efectos que pueda causar la meteorología invernal.