Uno sale de casa dispuesto a participar en una visita guiada por los rincones más emblemáticos de la parroquia del Santo Ángel Custodio de la Vall d’Uixó, y acaba asistiendo a una boda de principios del siglo XX, con cortejo nupcial, música y, por supuesto, la novia, hija de una de las familias más reconocidas de la localidad en aquella época. Así de sorprendentes acaban siendo siempre las rutas por la ciudad que de un tiempo a esta parte viene organizando la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento, que siempre descubren episodios del pasado que sorprenden a propios y extraños.

Dentro del programa de actos de las fiestas patronales de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo, esta ruta anunciaba a los participantes un paseo por la iglesia parroquial, donde se iba a hacer un repaso de sus valores artísticos y arquitectónicos, así como por los protagonistas que han hecho posible este emblemático edificio y han escrito la historia del barrio, conocido popularmente como el poble de dalt.

Pero nadie esperaba que, de repente, un coche de época iba a aparecer en la plaza del Ángel preguntando por la casa de los señores Sanchís-Creixach. Tras recibir las indicaciones del guía turístico, José Enrique Puchol, la comitiva lo siguió hasta el Palau de Vivel, donde vieron salir a la familia al completo, Rosario Creixach Domínguez y Vicente Sanchís Tarazona, junto a su hija, Rosario Sanchís Creixach, que allá por el año 1928 protagonizó una escena muy similar antes de trasladarse hasta València para contraer matrimonio con José María Martínez-Agulló y Márquez, futuro Marqués de Vivel.

Y así, con imaginación y teatralidad, los presentes conectaron sin esperarlo con sus antepasados, atrapados en el boato de un día que ya es historia.