Las previsiones de la campaña trufícola en la provincia de Castellón eran poco halagüeñas al principio de la temporada, especialmente, por la sequía que se arrastraba, pero el movimiento del mercado en las últimas semanas está dando un poco de oxígeno. El motivo radica en que Francia, el principal productor y consumidor de este hongo culinario, sufre una nefasta época debido a la falta de producto actual.

Por tanto, la trufa castellonense se ha revalorizado, según ha explicado el presidente de la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Trufa de la Provincia de Castellón, José Luis Carbó. El precio medio que se maneja está entre 450 y 500 euros el kilogramo, aunque ha alcanzado los 800 euros, en caso de un hongo selecto. Y es que en las plantaciones cada año se consigue que las trufas tengan mejor calidad, en cuanto a calibre y forma se refiere.

El responsable de este colectivo, que aglutina a unos 150 productores de los 300 que se calcula que hay en la provincia, ha remarcado que la trufa salvaje, como está ocurriendo en los últimos años, ha caído en picado, mientras que cada vez se cuenta con más plantaciones con riego. Estas últimas se están manteniendo. «La producción ha estado bien, ya que, al haber menos, ha subido el precio. Un incremento motivado también porque en Francia hay poca», indicó Carbó.

temporal // A pesar de que el último temporal de nieve afectó a las plantaciones, al estar los campos mojados durante días con el consiguiente peligro de que la trufa se pudriera, ahora, esa humedad acumulada permitirá que la cosecha aumente en algunas zonas. «Esta semana y la próxima se verá un incremento», apuntó el experto, a la vez que destacó que cada vez la campaña se alarga más y se prevé hasta finales de marzo.

En la provincia, las principales zonas trufícolas se localizan en Els Ports, el Alto Palancia y el Alt Maestrat. En cuanto a plantaciones, destacan los municipios limítrofes con Teruel. Entre todos, resalta El Toro, uno de los principales productores nacionales.