«Estoy emocionado. Ahora sí que soy alcorino de verdad». Son las palabras cargadas de sentimiento que pronunció ayer José Luis Esteban López ante un concurrido salón de actos del ayuntamiento, después de ser nombrado hijo adoptivo de l’Alcora.

Fue un acto lleno de sorpresas y de emotividad. La concejala de Cultura, Ana Huguet, fue la encargada de romper el hielo y explicar al multitudinario público por qué este zaragozano de nacimiento era merecedor de tan noble título local.

Aunque físicamente llegó a este mundo desde la capital aragonesa, fue concebido en la villa ceramista, un hecho que marcaría la enorme impronta que dejaría con el paso de los años en la capital de l’Alcalatén. Doctor de profesión, Esteban ha destacado por su actividad cultural y asociativa, al ser el fundador de la Rompida de la Hora, que fue declarada hace un año Patrimonio Inmaterial de la Humanidad; y presidente del consejo rector de la Caixa Rural.

Desfile con tambores

El artífice de ese icónico acto alcorino, que resuena cada Viernes Santo en la localidad, hizo que la llegada de Esteban al consistorio se convirtiera en un desfile en el que, por supuesto, no faltó la percusión de mano de Tambores y Bombos de la localidad, y en el que tampoco faltó la Colla Gegantera local.

Si la presentación en el exterior fue un baño de masas, dentro del ayuntamiento el momento culmen sería el vídeo a modo de homenaje y, sobre todo, la imposición de la insignia de la ciudad y la entrega de una placa de cerámica artística por parte del alcalde, Samuel Falomir.

Otra sorpresa que deparó la velada fue la albà que escribió Vicente Benlliure, cantó Cristóbal Carnicer e interpretó el colectivo de l’Albà de l’Alcora para rendirle homenaje, y que sintetiza la propuesta que el cronista oficial, José Manuel Puchol, elevó al ayuntamiento para reconocer la labor de José Luis Esteban: «Aunque nació en Aragón, su pueblo ha sido l’Alcora. Desde hoy hijo adoptivo, nombramiento que le honra».