La negativa de los inversores a que la Generalitat asuma la deuda de Feria Valencia va a obligar al Consell a adelantar la disolución de la institución precisamente para forzar a esos bonistas a aceptar el cambio, según anunció ayer martes el subsecretario de la Conselleria de Economia, Natxo Costa, antes de la reunión del patronato ferial y tras la de la comisión de seguimiento de la que forman parte la propia Administración autonómica y el Ayuntamiento de València.

Costa dejó claro que dicha disolución implica adelantar un paso ya previsto en el rediseño de la institución y que se trata de una decisión meramente instrumental, dado que está previsto constituir de forma inmediata una nueva entidad que se haría cargo de la actividad ferial y a la que serían traspasados todos sus trabajadores. Según Costa, aún está por dilucidar la fórmula jurídica que adoptaría la nueva firma.

Los citados inversores, en su mayoría internacionales, son los titulares de una emisión de bonos de 227,5 millones que se suscribió para financiar las obras de ampliación ferial de principios de siglo. Por tanto, ante la imposibilidad de asumir la deuda, la solución pasa por disolver la feria y situar a los bonistas ante un dilema: recuperar ya toda su inversión y perder las elevadas remuneraciones que perciben, del 6%, o bien aceptar el traspaso de la deuda a la Generalitat sin la cobertura del seguro.