La celebración de fiestas clandestinas se han convertido definitivamente en una de las principales preocupaciones de las autoridades sanitarias y policiales.

Después del contagio masivo en la fiesta del colegio mayor Galileo Galilei y el desalojo de más de 50 personas en una fiesta ilegal junto al cementerio de Benimaclet, ayer la Policía Local de València informó del desalojo de 135 personas de un pub de la ciudad en el que no se cumplían las medidas de seguridad porque los clientes no llevaban puestas las mascarillas, no respetaban las distancias de seguridad y superaban el aforo permitido, además de intercambiar bebidas. Los responsables del pub, situado en la calle Polo y Peyrolón, han sido denunciados por cuatro infracciones graves de las medidas de seguridad, protección y evacuación.

Dado que la Policía ha intervenido en tres ocasiones en los últimos meses en este local y ha identificado faltas muy graves, desde la Concejalía de Protección Ciudadana han anunciado que solicitarán a la Generalitat el cierre del establecimiento.

Según ha informado la Policía Local, en el interior del local había multitud de personas sin mascarillas y sin respetar las distancias de seguridad. Además de que incumplían el aforo permitido, intercambiaban bebidas y participaban en juegos recreativos donde no se respetaban las medidas de seguridad.

Aarón Cano, concejal de Protección Ciudadana, ha apelado de nuevo a la responsabilidad social para frenar la segunda oleada del virus: «Estamos observando demasiados ejercicios de irresponsabilidad en torno a un único pretexto y objetivo, la ingesta alcohólica. Debemos de ser responsables, en primer lugar por nosotros, pero también por la sociedad que nos rodea».

Cano hizo un llamamiento a los más jóvenes porque «la covid-19 pone obstáculos en su futuro. «No pensemos solo en la covid-19 desde el mero aspecto sanitario; veámoslo también desde un punto claramente socioeconómico», dijo el concejal.