La Alta Inspección del Estado, en febrero del 2018, entregó al entonces ministro de Educación Iñigo Mendez de Vigo un informe demoledor que ha pasado a Isabel Celaá y que ha sido ignorado por ambos, supongo que para evitar problemas. Con una dejadez inaceptable y vergonzosa de su responsabilidad. Va por la línea denunciada en multitud de ocasiones por asociaciones, padres y alumnos. Afirma que en Cataluña se contravienen los derechos, libertades y deberes fundamentales recogidos en la Constitución Española y en las leyes orgánicas educativas. Usan el discurso nacionalista soberanista, incitan al separatismo, y se justifica la existencia de Cataluña como país independiente con falsedad, presentan una visión sesgada de la realidad histórica. Se adoctrina. Conclusiones demoledoras del informe, a las que acompaña la inversión lingüística, con lo que se generan oleadas de independentistas que, claro defienden lo que se les ha inculcado en la cabeza. Y el que no esté de acuerdo o quiera otra educación, que se vaya, no hay alternativa, que es lo peor, todos a seguir el régimen uniforme y totalitario.

Y nadie hace nada para evitarlo, es incomprensible. Por si fuera poco, además se van extendiendo como una mancha de aceite y esa política única nazionalista se trata de imponer en la Comunidad Valenciana, donde con estupor vemos que más de doscientos colegios no dan ni una sola hora en castellano, ni aparece en ningún texto de la administración autonómica.

A los niños hay que educarlos, no adoctrinarlos ni idiotizarlos. Que gentuza la que usa y manipula a los chavales.

*Notario