No es un coach, ni un chamán, ni un gurú. Su único propósito es enseñar a convivir con un conflicto. David Ruiz presentó ayer en la playa del Pinar de Castelló, un marco de ensueño entre palmeras y arenales, su libro Al vacío, impolutamente blanco, sin título y envasado al vacío, que huele a perfume y que provoca sensaciones.

«Los conflictos no hay que rechazarlos ni apartarlos, hay que identificarlos y saber dar respuestas para afrontarlos», explica Ruiz, quien añade que «las personas tienen que buscar siempre su bienestar personal». «Lo importante es sentirse bien, ser feliz en cada instante», dice.

David Ruiz parte, como origen del libro, de una vivencia personal, lo que le obligó a cambiar la forma de enfrentarse a la vida y de «priorizar algunos aspectos de la misma y no otros».

Y es que, en palabras del autor, «el dolor es necesario, pero el sufrimiento es optativo». Cuestión de matices, pero que arrojan la dificultad de «muchas personas de superar dificultades».

Y «por ello el futuro te puede cambiar, según como actúes y te enfrentes a los problemas». Ruiz apela a un visión positiva de la vida. Terapeuta, trabaja las emociones y asegura que el dolor es inconsciente, «pero la reacción al mismo es consciente, por lo que hay que poner las herramientas y recursos para superar los problemas», indica.

Es decir, «hay que trabajar el conflicto», cuenta el autor de Al vacío, para quien no vale la excusa del latiguillo que siempre se pone como pretexto a la hora de crecer como personas y emocionalmente, no tengo tiempo. «Siempre hay tiempo para todo, para cambiar, para olvidar, para soñar, para dejarse llevar por las emociones... para vivir, sin duda», sentencia el autor.

Con la Gestalt

Profesional de la educación, David Ruiz es el impulsor del programa Xilxes Educa, renovado por las autoridades educativas, a través del cual enseñan a los niños «aquellos instrumentos que son necesarios para enfrentarse a sus problemas». Experto en terapias cercanas a las utilizadas por la Gestalt, da un salto al vacío para que «las personas se encuentren consigo mismas». Para que «vivamos para vivir», subraya el terapeuta.

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