Carmen Montón, consellera de Sanidad del desgobierno valenciano, sigue empeñada en pasar a la historia levantina como la peor gestora de los dineros públicos que se haya visto.

Cuando el PSPV y Compromís estaban en la oposición, criticaban con dureza la pésima gestión que el PP hacía de la sanidad. El desgobierno de Camps, y después el de Fabra, no pagaban los medicamentos a las farmacias ni a los laboratorios que los suministraban a los hospitales. Aquellos años fueron escandalosos. Y por ello el PP fue reprendido con dureza.

El caso es que, transcurridos ya casi tres años de gobierno del cambio, o más bien de desgobierno, como me gusta llamarlo, las farmacias siguen sin cobrar. Para este viaje, como decía aquel, no hacían falta tantas alforjas. Además, los geriátricos tampoco cobran. Carmen Montón prometió que iba a acabar con estos desaguisados pero ha fracasado. O, quién sabe, tal vez mintió y jamás intentó arreglar nada. Dejen que sea malpensado. Tres años al frente de la sanidad valenciana son muchos años. Ya podría haber arreglado algo. Ya podría haber cambiado las cosas. Pero no ha sido así.

Somos muchos los valencianos que no entendemos al presidente Ximo Puig. No ha destituido todavía a Carmen Montón, y se le está haciendo tarde. Se le quemará el arroz y cuando querrá meterle mano al asunto nos habrán dado las uvas.

*Escritor