El radicalismo es típico en los españoles, todo es blanco o negro, amor o odio. Durante la Transición se logro un consenso por el que pasamos pacíficamente de una dictadura a una democracia y nos convirtió en ejemplo mundial. La guerra civil española es muy interesante como hecho histórico para estudiar objetivamente y no del modo tendencioso en que suele hacerse. Para aprender, no repetir los fallos y nunca para vengarse. Todos hicieron barbaridades hoy superadas con conciliación, cultura y progreso. Para los malidicentes me homologa que mis abuelos, bisabuelos y toda la familia fueron fusilados por el ejército nacional, lo cual, 80 años después, no me crea ningún odio y comprendo que es historia.

Con luces y sombras llegamos a Zapatero. Era un ignorante en economía, que carecía de sentido nacional y abrió la espita independentista y las heridas que parecían cerradas. Ha producido, junto con la crisis económica y la corrupción, el cuestionamiento del sistema y ha dado alas a independentistas, antisistema, populistas y comunistas (líderes mundiales en muertes de seres humanos). Propugnan la violencia y atentan contra la libertad, manipulan y dividen a las personas entre los suyos y los otros que les resultan despreciables.

Totalitarismo que se inspira en países tan ejemplares como Venezuela e Irán, entre otros.

El resurgimiento de un Frente Popular que reavive el odio entre españoles sería un desastre social y económico que nos sumirá en la miseria, y nos hará más enemigos que compatriotas.

Porque me preocupa mucho más el futuro de mis hijos que el pasado de mis abuelos. H