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Las fotografías nos permiten ver lo que no podríamos ver de una otra manera. A través de las instantáneas se captan momentos únicos, escenas que bien podrían desvelar ciertos misterios. En una imagen, dicen, se puede vislumbrar la esencia de las cosas, ya que en ellas se observan detalles genuinos, apenas perceptibles. Gestos, muecas, miradas cómplices, sonrisas... Una cámara es capaz de ver y immortalitzar todo eso para después compartir estos gestos de complicidad y expresiones con la resto de la sociedad. En este sentido, el fotógrafo de Mediterráneo, el vila-realense Manolo Nebot, es uno de los mejores por lo que respecta a percibir la esencia del mundo del jazz. Como buen amante de esta música, no dudó en viajar a Vitoria para capturar estos momentos únicos sobre los escenarios en que se desarrolló la 42 edición del Festival de Jazz de Vitoria. Y a través de su mirada, siempre atenta, nos ha dejado escenas excepcionales que han sabido captar la pasión con que estos intérpretes actuaran a finales de julio. En otros palabras, Manolo hizo el papel de cronista, un cronista visual de excepción. Si esta edición ha sido especial es, entre otros cosas, por el despedida después de 40 años en cabeza de la dirección del certamen, de su alma mater, Iñaki Añúa.

Vitoria se ha convertido en estas cuatro décadas en una de las mecas del jazz en España, y también a nivel europeo. Por este motivo esta 42 edición, en la que el funk tuvo una presencia notable en la cartel. Este año podría considerarse el del remember con la participación de dos iconos de la música disco o funk como Earth, Wind & Fire o Kool and the Gang. No obstante, no podemos obviar la presencia de una de las mejores big bands del mundo, como es la Mingus Big Band, o uno de los baterías más excelentes del último medio siglo como es Jack DeJohnette. A su lado es imposible no citar las actuaciones de la Gasteizko Ganbara Orkestra con el valenciano Perico Sambeat y su cuarteto, e, incluso, la presencia del guitarrista Mark Whitfield. Sin duda, el Festival de Jazz de Vitoria va a volver a demostrar su gran poder de convocatoria y una energía que deja entrever que, aunque sin Añúa, a esta cita le quedan muchos años por delante.H