La llegada de Pokémon Go ha revolucionado las calles de Castellón. El popular juego de realidad aumentada, cuyo objetivo es cazar el máximo número de pokémons, se ha convertido en una vigorosa fiebre que campa a sus anchas por los lugares más emblemáticos de la capital de la Plana. Carlos y David, dos jóvenes de 22 y 25 años, respectivamente, buscaban ayer por la tarde pokémons en el parque Ribalta, donde se encuentra uno de los centros neurálgicos más significativos de la aplicación en la ciudad. El éxito de este videojuego reside en la nostalgia que suscita entre los fanáticos de la saga, que protagonizaban los entrañables personajes como Picachu, Bulbasur, Squirtle o Charmander.

“Me enganché a Pokémon cuando tan solo tenía 7 años y jugaba con la videoconsola”, confesaba Carlos a Mediterráneo. Su compañero de partida añadía que “ha sido todo un acierto que te permitan formar parte de la saga con tan solo salir a la calle”. Ellos mismos reconocen que es toda una “adicción” y que en la actualidad lo normal es que los fans “queden en lugares concretos de Castellón con el único objetivo de buscar pokémons juntos”.

Pero el Ribalta no es el único punto de la ciudad que reúne a más de un fanático de la saga. Y es que en la plaza Huertos Sogueros se encuentra otro de los parajes esenciales del videojuego. Allí se reunieron ayer cuatro jóvenes, de 15 años, para pasar la tarde y “cazar algún que otro pokémon”, admitía uno de ellos. Y lo hacían después de “recargarse de pokeballs” en una de las esculturas más famosas de Ripollés para poder continuar con “su ruta particular” que habían trazado gracias al geolocalizador que incorpora una aplicación que causa furor.

Lejos de esta adicción, Lucía y Juan Manuel, padres de dos niños de 10 y 11 años, reconocen que desde que salió al mercado el videojuego, el pasado 6 de julio, sus hijos “salen más a la calle” y consideran que fomenta la “sociabilidad”, aunque también revelan que no les gusta “tanta dependencia al smartphone”.

Pokemón Go se ha convertido en un entretenimiento disfrutado por los vecinos de la capital y de otros muchos municipios de la provincia de cualquier edad. Es el caso de Ismael Rodríguez, de 35 años, quien, aprovechando que tenía que sacar a su mascota, decidió pasear también a su móvil y rastrear en busca de pokémons para su colección. “Si eras un auténtico seguidor de la saga, es inevitable no caer en este juego porque te envuelve la nostalgia”, relataba.

Después de dos décadas, el lema Hazte con todos vuelve a ser recitado por más de un castellonense. Toda una historia para sumergirse en una de las leyendas más victoriosas de los 90. H