Mientras el mismísimo presidente Obama ha anunciado que hará campaña en el Reino Unido para que el país permanezca en la Unión Europea, sabedor de lo importante que es, ante la globalización, que un bloque como el europeo continúe unido, aquí, en España, titiriteros políticos de extrema izquierda abogan por abandonar la Unión, la OTAN y el Euro. Amparados en quién sabe qué teoría política, económica y social, los listos de turno, los iluminados de café, copa y puro que se sitúan ideológicamente a la izquierda de la izquierda, mantienen un discurso aislacionista que, paradójicamente, coincide con el de los fascistas de nuevo cuño. La extrema derecha patria, tan rancia y digna ella, aboga exactamente por eso. Por dejar a nuestros socios habituales de lado y retomar la sagrada yihad del nacional aislacionismo.

Nunca, en cuarenta años de política española, la extrema izquierda y la extrema derecha se parecieron tanto. Nunca, desde que tengo uso de razón, me ha resultado tan difícil diferenciar a un comunista de un fascista.

Dicen, y yo así lo creo, que en el centro está la virtud. Por eso, queridos lectores, dejen que les dé un consejo. Lean mucho. Escuchen. Observen. Analicen. Protesten si es necesario. Cuestionen todo. Y saquen sus propias conclusiones. Lo que está de moda es el perverso pensamiento único, y nuestra sociedad necesita del pensamiento crítico para seguir adelante. H