Salvo que se produzca algún cambio por la pandemia del coronavirus en las próximas semanas, el fútbol profesional regresará a España el próximo mes de junio y lo hará a puerta cerrada. Los estadios enmudecerán y los aficionados tendrán que retomar la costumbre de ver los partidos por televisión pese a que los encuentros se disputen cerca de sus domicilios. En este sentido, y con la entrada de seguidores en las gradas prohibida en prácticamente todo el mundo hasta que no haya una vacuna contra el covid-19, los clubs deberán compensar a sus socios por los abonos de la temporada 2019/20.

En LaLiga, el Villarreal CF lleva varias semanas estudiando las distintas posibilidades con las que perjudicar lo menos posible a sus abonados por no poder asistir a los seis encuentros de la competición doméstica que están pendientes en la presente campaña y que han de enfrentar todavía al Submarino con el Mallorca, Sevilla, Valencia, Barcelona, Real Sociedad y Eibar en el Estadio de la Cerámica.

Todo apunta a que será a lo largo de esta, o la próxima semana, cuando desde el club de la Plana Baixa anuncien la decisión tomada con el propósito de compensar el máximo posible a sus socios por los perjuicios ocasionados y den todos los detalles al respecto, tal y como han venido haciendo muchos clubs de Primera en las últimas semanas.

De todos, el más generoso hasta el momento ha sido el Getafe, cuyo presidente, Ángel Torres, anunció recientemente que sus socios entrarán gratis al fútbol la próxima temporada en los partidos de LaLiga (no incluirán la Copa del Rey ni la competición europea en caso de que la disputen) que se jueguen en el Coliseum Alfonso Pérez.

El Atlético de Madrid, por su parte, aplicará un descuento del 20% en el abono del próximo curso 2020/21, mientras que el Valladolid devolverá el dinero correspondiente a los seis encuentros de Liga que se perderán sus abonados, al igual que hará el Real Madrid, que pasará a jugar a puerta cerrada en Valdebebas.

Son las distintas vías planteadas por los clubs de Primera para adaptarse a las nuevas circunstancias del fútbol y que, por el momento, obligarán a disputar todos los encuentros oficiales a puerta cerrada por el virus.