El frustrado ascenso del Villarreal B no va a provocar una revolución, por lo menos en lo que respecta a un organigrama técnico por el que el club piensa volver a apostar para intentar la próxima campaña el asalto a la categoría de plata. Los cambios que se prevén en la plantilla del próximo ejercicio no afectarán a un banquillo para el que Miguel Álvarez sigue siendo el candidato número uno.

El jienense todavía no ha firmado el contrato que plasme su continuidad, pero la intención es que en los próximos días pueda rubricarse un acuerdo que implicaría mantener prácticamente al 100% un cuerpo técnico que tiene como piezas destacadas al segundo, Igor Tasevski; el encargado del scouting, Javi Prats; o el valldeuxense Mario Segarra en la preparación física.

Los movimientos sí serán significativos en el grupo de jugadores que ha tenido Álvarez a sus órdenes en los últimos meses. Las piezas clave del filial ya han sido objeto de blindaje por parte del club, con los acuerdos de ampliación de contrato a principios de año de Raba —que apunta al primer equipo de manera definitiva— o Ramiro Guerra, o los últimos de Manu Morlanes y Samu Chukwueze. Los cuatro, junto al central Pau y Leo Suárez, entran en los planes de Calleja y el club deberá analizar el grado de implicación de los canteranos en el próximo ejercicio del Villarreal B, sin descartar alguna cesión a clubs de superior categoría.

En el resto del organigrama del fútbol base tampoco se esperan cambios, a excepción del almazorense Miguel Ángel Tena en el banquillo del juvenil A.