A poco más de 24 horas de afrontar en Balaídos la 16ª jornada de Liga, con los retos de romper la dinámica de derrotas y de dar un paso adelante en la pelea por la zona europea, Javier Calleja todavía no está en disposición de asegurar si podrá disponer de algún delantero ante el Celta. Del delantero, porque tan solo Carlos Bacca centra las incógnitas, con Sansone en la enfermería y Bakambu y Raba —el jugador del filial con mayor protagonismo en los últimos encuentros— en casa por sus respectivas sanciones.

Bacca, desde el regreso del Submarino a los entrenamientos, el martes, para preparar la visita a Vigo, ha protagonizado días clave para no dejar a la mínima expresión el ataque en el compromiso de mañana. En los dos primeros ni siquiera se le pudo ver en el campo de entrenamiento, circunstancia que hizo crecer las alarmas cuando se creía que el colombiano estaría sin problemas frente al Celta, teniendo en cuenta que Bacca entró fugazmente la pasada semana en la lista ante el Barça para caer poco después. Ayer, el 9 groguet sí salió a uno de los campos de la Ciudad Deportiva, pero no para trabajar al 100%, como hubiera sido el deseo de Calleja. «No ha podido hacer la sesión completa, solo parcial», decía el técnico para dejar en el aire la presencia de Bacca entre los 18 de Balaídos: «Veremos cómo se encuentra mañana [por hoy] y si puede estar en la convocatoria».

Con Bacca o sin Bacca lo que cada vez parece tener más claro Calleja es que va a tener complicado poder mantener el rombo que tan bien le ha funcionado desde su llegada al primer equipo. «Es muy complicado jugar con el rombo sin dos delanteros», apunta el técnico, que podría forzar un segundo punta —adelantar a Soriano, por ejemplo, o ascender a alguno de los atacantes del filial, Mario González o Darío Poveda—si tiene al colombiano en condiciones. Sin embargo, es inevitable un ataque de realidad. «Hemos perdido a Raba y Bakambu por tarjetas y el único delantero que nos queda vivo es Bacca, que llega muy justo. Habrá que variar un poco el sistema», considera Calleja al que, «por momentos», le asalta la «impotencia» al repasar la lista de ausencias, para resignarse casi de inmediato: «Con tres competiciones y una alta exigencia en todas ellas es normal que haya bajas».

EL RETO // La primera parte ante el Barça (con un 4-3-2-1), aún fresca en la memoria, es «el ejemplo» de equipo «solidario y comprometido» que Calleja cree que puede ser válido para sacar adelante el 50% del reto de este final de año: «Ganar los dos últimos partidos del 2017. Sabemos que son ante equipos de zona alta —sobre todo el Valencia, segundo—, pero el equipo confía en hacer dos de dos».