La visita al campo del Alavés, curiosamente el primer rival del campeonato —cosas del moderno calendario asimétrico— puede ser el penúltimo episodio de la historia de esta temporada. O el último. Lo será si el once azulgrana suma la segunda victoria de «la semana de nueve puntos» que describió Ernesto Valverde —que empezó el pasado sábado ante la Real Sociedad (2-1) y termina el próximo sábado contra el Levante— y el Atlético se ve sorprendido en forma de derrota mañana en el Wanda por el Valencia.

«Ganar la Liga cuanto antes es lo que desea cualquiera. Lo que queremos es ganarla y está en nuestra mano; veremos si somos capaces», señaló ayer Valverde. «No podemos permitir que el Barça venga a pasearse», le replicó desde Vitoria Abelardo, apelando al orgullo de su plantilla.

A Valverde solo le importa ganar tiempo porque el título no se le escapará. «La gran victoria es convertir la conquista de un título en algo previsible y no es lo habitual. Lo habitual es que los rivales te lleven hasta el final», reflexionaba Valverde, que podría permitirse el lujo de centrarse ya definitivamente en la Champions y esperar con tranquilidad la final de Copa. La alineación de Mendizorroza registrará novedades. Rakitic ni viaja a Vitoria. Le sustituye Vermaelen, que recibió el alta. La gran incógnita es saber si Messi y Luis Suárez se sentarán en el banquillo. O Piqué y Jordi Alba, los más cargados. O si Coutinho y Dembélé coincidirán en la delantera. «Aquí nadie pasa por encima de nadie», protestó Ernesto Valverde, negando que sean incompatibles.