Vive el Barça aún de la obra diseñada por Andoni Zubizarreta y Luis Enrique en el verano del 2014, cuando el club realizó la mayor inversión en fichajes de su historia: 157, 5 millones de euros para contratar a siete jugadores. De Berlín, la cima donde conquistó la pasada temporada el triplete, a Granada, donde levantó la segunda Liga consecutiva, poco ha cambiado en la estructura del equipo, donde, además, han desaparecido las rotaciones del primer curso de Luis Enrique.

Algo más que simples retoques necesita el Barça para el tercer año del luchismo. El técnico ya pidió, sin éxito, la llegada de Nolito, pero el club no pudo asumir en el invierno el esfuerzo económico para fichar al cuarto delantero. Se le marchó Pedro y se quedó Luis Enrique con Munir, algo más importante con la lesión de Messi, y Sandro, absolutamente marginal. El Barça, además, requiere de un central para fortalecer su defensa y dar, sobre todo, descanso a Mascherano (31 años) y Piqué (29). Ambos no han tenido ni un segundo de relax.

Marquinhos (París SG), Mustafi (Valencia), Musacchio (Villarreal), el joven uruguayo Lemos (Las Palmas) son alguno de los nombres que figuran en esa lista de candidatos a un puesto maldito. El Bayern Múnich de Ancelotti ya ha fichado a Hummels (Dortmund) y el City de Guardiola tiene casi cerrado a Laporte (Athletic). ¿El Barça? Aún nada.