De penalti (el primero) y de falta directa (los dos siguientes), Leo Messi volvió a brillar en una noche que se le estaba atragantando al Barcelona. A la postre, victoria plácida, para dejar atrás la derrota en la visita al Levante y el 0-0 en el mismo escenario, en la Champions, ante el Slavia de Praga.

La alta presión del Celta, que estrenaba entrenador (Òscar Garcia Junyent en lugar de Fran Escribá), dificultó al Barcelona al principio, aunque el argentino, desde los 11 metros, puso el 1-0 en el 23’.

El uruguayo Lucas Olaza, cuando el primer tiempo tocaba a su fin, empató de libre directo. A los celestes la alegría no les llegó ni al descanso, porque, en el descuento, Messi, de la misma forma, dejaba las cosas en su sitio.

Por si quedaban dudas, el segundo acto acabó como el primero: nuevo golazo de la Pulga a pelota parada. Ya lleva ocho, los mismos que Gerard Moreno (Villarreal, a expensas del partido de este domingo) y solo uno por detrás del madridista Benzema.

Sergio Busquets le puso la guinda a la clara victoria frente al Celta, que llegará al Estadio de la Cerámica en zona de descenso.