Manu Calleja verbalizaba la sensación del vestuario del Castellón: el 4-2 es bueno, pero deja el regusto amargo de haber contado con la oportunidad de rematar a la Peña Sport. «No nos vamos contentos. Yo estoy más cabreado que cuando empatamos a cero con el Poblense, porque la eliminatoria estaba aquí, en el primer tiempo», dijo.

En caliente, el cántabro hacía un primer diagnóstico de lo que había ocurrido: «Hay una mala toma de decisiones, miedo... Pero si analizas la plantilla, la juventud, lo que ha pasado estos días..., solo hay que felicitarles».

El técnico orellut recurría a un frase que ha adoptado: «Para tumbar a un navarro hay que matarlo, son altamente competitivos». Por eso motivo, vaticina: «Allí vamos a sufrir como perros».

Calleja estaba irritable. Tan pronto cuestionaba el árbitro, como criticaba el césped. «Se han dicho tantas cosas de mi trabajo, de que el equipo no tenía gol… ¡Qué poco se respeta el trabajo de los chicos! Este equipo tiene fútbol, aunque para bajar el balón hay que pincharlo con una pistola, bota como las liebres».

Al menos, aplaudió la aportación de Pruden, ese fichaje tan especial para los play-off: «Sabemos que no tiene mucho gas, pero tiene calidad y nos puede dar cosas». «Ojalá en Tafalla, con el trabajo de esta semana y el plan específico, aporte más, porque allí tendremos más espacios y el césped está mucho mejor», matizó.

Calleja hizo un llamamiento para que el equipo no esté solo en Tafalla: «Necesitamos a la gente, que vaya a animar». «A la afición no le puedo pedir nada, pero necesitamos estar respaldados, porque ellos van a meter a más de 2.000 personas», incidió.

También confía el técnico en una mejor gestión de los minutos finales. «Es un plantilla joven y nos falta experiencia competitiva, es algo que nos puede hacer sufrir, pero esperamos aprender de los errores», contextualizó.