Desde el año 1989 quemando gasolina a los mandos de motocultores manipulados con motor de moto para la ocasión. La Transbetxí ha cumplido este fin de semana 28 años y lo ha hecho convirtiendo el peculiar rally betxinense en una de las citas más singulares del calendario del motor nacional e internacional, ya que año tras año son más los pilotos extranjeros que se suben a sus motocultores.

De hecho, de los 55 inscritos en la prueba hasta siete han aterrizado en Betxí desde fuera de España como prueba inequívoca de la magnitud y crecimiento de una reunión que, edición tras edición, sigue sumando adeptos y dando mucho que hablar.

No en vano el rally de motocultores, que se adjudicó José Vedrí por quinta ocasión consecutiva, con Andrés Ramírez de copiloto, ha convertido durante tres días al municipio de la Plana Baixa en el foco de atención para numerosos amantes del mundo del motor.

RED BULL MOTORETS // Tanto es así que desde hace dos años una de las empresas mundiales más vinculadas con el mundo del deporte, y en especial con el del motor, como es la austriaca Red Bull ha querido formar parte de la familia Transbetxí.

De este modo, la empresa de bebidas energéticas gestó el año pasado una competición paralela a la que ellos definen como “competición del motor más cañera de todo el país”.

Se trata de la Red Bull Motorets, una prólogo por eliminación con más de medio centenar de inscritos entre los que los 16 mejores de una ronda de clasificación se disputan la victoria en un circuito cerrado de nuevo diseño.

Por si no fuera poco la prueba, además de nacer bajo el paraguas Red Bull, está apadrinada por el piloto de rallies, Joan Barreda. H