Todo equipo que quiera estar arriba en una clasificación tiene que cumplir a rajatabla una serie de mandamientos: encajar pocos goles, ser lo más efectivo posible en el área contraria... y no dejar escapar puntos en casa. El Castellón, en esta última faceta, está sobresaliendo y, de la mano de Kiko Ramírez, los albinegros han reconstruido el fuerte de Castalia, convertido en el feudo más inexpugnable del momento en el grupo VI de Tercera División, gracias a sus ocho victorias y un empate en los últimos nueve compromisos en casa. Si no fuera por el polémico e inesperado empate del Acero en el último momento...

Ramírez debutó con una derrota en Castalia, aquel encuentro que los orelluts comenzaron ganando al Orihuela pero que dejaron escapar (1-2). Desde entonces, la trayectoria del Castellón ante su público es incuestionable, pues, sucesivamente, ha ido despachando a Crevillente (2-1), Torre Levante (2-1), Buñol (3-0), Recambios Colón (3-0), Rayo Ibense (1-0), Borriol (1-0), Alzira (2-1) y Muro (5-1), con el 1-1 frente al farolillo rojo justo antes del derbi frente a los rojillos. En total, en esos nueve partidos, 20 goles a favor y 5 en contra.

De no ser por el pobre inicio de temporada en Castalia (solamente venció uno de sus seis primeros compromisos como local de la temporada, el primero de ellos con aquella goleada sobre el Jove Español: 5-1), el Castellón podría estar luchando por ser el mejor anfitrión, aún teniendo en cuenta que el Atlético Saguntino únicamente ha cedido cuatro puntos en su terreno (dos empates) y el Ontinyent, tres (fruto del solitario traspié frente al Muro). H