El Villarreal le dio la oportunidad de volver a sentirse futbolista cuando muchos no confiaban en que pudiera volver a jugar debido a la grave lesión que sufrió en el 2015. Pero Santi Cazorla (Lugo de Llanera, 13 de diciembre de 1984) tapó todas las bocas habidas y por haber. Completó una gran primera temporada de groguet en su regreso al club (2018-19), pero ha sido este año cuando ha agrandado su leyenda en el club de la Plana Baixa.

Con los dos goles marcados el pasado miércoles contra el Getafe, los dos desde los once metros, el centrocampista asturiano igualó a Víctor Fernández como máximo goleador nacional del Submarino en Primera División. Diez tantos suma Cazorla en el presente curso liguero y un total de 39 con la elástica amarilla, los mismos que en su momento firmó el delantero extremeño.

TODO UN EMBLEMA ‘groguet’ / Además de la calidad que atesora en el terreno de juego y el carácter afable y cercano que muestra fuera de él, las estadísticas avalan su trayectoria y le convierten ya no solo en un ídolo para la afición grogueta sino en un emblema para la entidad vila-realense.

Cazorla es el cuarto jugador del Villarreal con más partidos oficiales (331) --únicamente superado por Bruno Soriano, Mario Gaspar y Marcos Senna-- y es el tercer máximo goleador de la historia del Submarino en la élite con 56 goles (está a solo tres de los 59 que anotó Diego Forlán).

Además, es el mediocentro de LaLiga con más asistencias, un total de ocho, y es el segundo centrocampista más goleador del campeonato doméstico con esas diez dianas cosechadas, a las que hay que sumar otras cuatro anotadas en la Copa del Rey y una más con la selección española, lo que hacen un total de 15 tantos y convierten la temporada 2019-20 en la más goleadora de toda su carrera profesional.

Aunque su futuro es a día de hoy una incógnita, la afición del Villarreal tiene tres jornadas por delante para seguir disfrutando con la magia de Cazorla.