Las situaciones polémicas han acompañado al último fichaje del Villarreal, Javier Ontiveros (Marbella, 9-9-1997) desde el inicio de su trayectoria. Antes de ingresar en la cantera del Málaga fue expulsado de la escuela del Betis por una pelea con un compañero en el comedor de la Ciudad Deportiva verdiblanca. Siempre considerado un futbolista difícil por sus entrenadores —solo Salva Ballesta supo encauzarle—, su calidad sobresalía más que su carácter díscolo. Javi Gracia le dio la alternativa en Primera en el 2015, pero sus altibajos le impedían consolidarse pese a los quilates de su fútbol. El pico de los problemas por su complicado carácter llegó en el 2017, cuando Míchel le apartó del equipo por dar like a una foto en la que el Valencia celebraba un 5-0 frente al Málaga. Valladolid fue su vía de escape. Pero también allí los problemas extradeportivos hicieron acto de aparición, liándose a tortas con su compañero Gianniotas en un entrenamiento.

«Tiene juventud, talento... pero también mala fama», explicaba el consejero delegado del nuevo equipo de Ontiveros, el Villarreal, conocedor de las andanzas más famosas de su última operación cerrada. Pero Roig Negueroles tiene la certeza de haber asistido ayer, en la presentación oficial del futbolista, al nacimiento del nuevo Ontiveros. «Le vamos a enderezar y va a ser un gran profesional en el Villarreal», donde el directivo espera una «relación fructífera en los próximos cinco años». «Espero que sean más», añadía Roig Negueroles. Sería la prueba de que la reconversión de Ontiveros llega a buen puerto.

LA «ESPINITA» DEL PASADO / El futbolista tampoco es ajeno a la «mala fama» que le persigue. «Lucho al máximo para quitarme esa espinita del pasado y año a año voy madurando, aunque sé que siempre he tenido una personalidad fuerte», decía el centrocampista ofensivo en su primeras manifestaciones tras cerrarse su pase al Submarino, una operación que se complicó por momentos por la inacción del propietario del Málaga, el jeque Al Thani, aunque el futbolista siempre ha confiado en un desenlace positivo: «Sabía que la operación iba a llevarse a cabo tarde o temprano».

Consciente de que es complicado, por falta de una pretemporada junto al resto del grupo, poder estar mañana ante el Levante, el objetivo de Ontiveros se centra en estar ya listo para el siguiente partido, en La Cerámica ante el Madrid, el mejor escaparate posible para empezar a «devolver en el campo la confianza que me ha transmitido el Villarreal».

Javier Ontiveros llevará el dorsal 24 —con el que ya aparece en la web oficial— en el inicio de su trayectoria grogueta, que no se presenta sencilla por la «fuerte competencia» que encontrará en la plantilla de Calleja. Moi, Chukwueze, Cazorla... son otros jugones que le pondrán la titularidad muy cara al último tripulante del Submarino.