El Castellón está a caballo entre el terremoto que ha generado las retiradas de Pablo Hernández y Àngel Dealbert por discrepancias con José Miguel Garrido y el (enésimo) partido trascendental del domingo contra el Ejea en Castalia (19.30 horas), a la espera de dilucidar un futuro de puertas para adentro y también a pie de campo. Ahí está diciendo mucho -y si el cuerpo le aguanta, aún dirá mucho más- Jairo Cárcaba, autor de dos milagrosos goles, por la situación de los partidos y, sobre todo, por lo personal, mermado por una pubalgia que, en el último mes, solo le ha permitido jugar un par de ratos, frente a Badalona (gol en el descuento para ganar) y Alcoi (gol al filo del minuto 90 para empatar).

Óscar Cano, aún en El Collao, admitió que el asturiano «no estaba para jugar» y que «prácticamente le obligamos a jugar». «Jairo está en manos de los mejores especialistas del mundo, pero es una lesión muy dolorosa», incidió. Todo hace indicar que repetirá papel el domingo, suplente como último recurso, debido a la importancia del choque. El técnico, también pendiente de Carlos Delgado (acabó tocado en Alcoi), ya dispone, tras cumplir sanción, a Rafa Gálvez y Rubén Ramos.

Cárcaba, también antes de abandonar el vetusto recinto alcoyano, hacía balance: «No veníamos con la idea de que el empate iba a ser un buen resultado, pero visto como estaba el partido en el minuto 87 todos lo hubiésemos firmado». «No podemos estar satisfechos con el resultado porque nuestro objetivo era ganar, pero hay que estar contentos con el resultado, porque restas dos puntos a un rival directo y tú sumas uno», comentaba en el tono más pragmático posible.

MALDITA PUBALGIA // Cárcaba recaló en Castalia con el año nuevo, avalado por sus 10 tantos en el Conquense. Aquí ha incrementado su producción en tres más, aunque menos de lo esperado por esa lesión tan peliaguda.

«Son semanas difíciles, porque quieres encontrarte bien para ayudar al equipo, pero el cuerpo no te de deja», dijo de forma elocuente. «Parece que progresas y luego das un paso para atrás», recalcó el gijonés. «Eso es difícil de gestionar, a la altura de la temporada en la que estamos y sin reposo, pero las sensaciones están siendo mejores», añadió en un tono más optimista. «Espero que las pocas molestias que tengo, se vayan ya para poder entrenar con el equipo al 100%», deseó.

Habló sin reservas del encuentro contra el Ejea: «El domingo ya no valen los tópicos del fútbol: hay que ganar como sea, incluso si es en el minuto 94 y de rebote». «Hay que seguir creyendo, no nos queda otra, aunque la gente lo está pasando mal, no podemos dejar que eso nos afecte», concluyó el delantero asturiano.