Al final, todo se quedó en «chapa y pintura». David Cubillas se tomó con buen humor el enésimo golpe recibido en los últimos tiempos. En poco más de un mes, contabiliza el impacto en las costillas frente al Recambios Colón, la rotura de la nariz en La Nucía y, ayer, una nueva herida de guerra en la cabeza: una brecha a la que le aplicaron «más de una decena de grapas». Sin embargo, tranquiliza a la parroquia albinegra cara al encuentro de vuelta, el domingo que viene a las 19.00 horas, en el Narcís Sala.

«El domingo que viene será otra guerra, pero que nadie dude de que volveré a meter la cabeza», expuso el castellonense. «Ha sido una brecha muy dolorosa y en el descanso, al bajar el ritmo, me he mareado, por lo que he considerado que era mejor que saliera otro compañero», detalló sobre el motivo de su sustitución.

LO QUE ESPERA DE LA VUELTA // Cubillas no le hizo ascos al 0-0 en Castalia. «Ha sido un partido muy duro en el que hemos sabido competir, con el respeto de cualquier partido de ida», indicó. «Lo fundamental era no encajar ningún gol, así que hemos conseguido lo que pretendíamos: que todo esté abierto para la vuelta, que es lo que queríamos», ahondó.

El ariete no cree que el encuentro en territorio barcelonés sea radicalmente distinto al de Castalia: «No creo que salgamos a tumba abierto, pero seguro que no nos tenemos tanto miedo».

Aunque las estadísticas del Sant Andreu son demoledoras, Cubillas no contempla otro cero. «Es difícil que el Castellón esté dos partidos seguidos sin marcar». Lo que seguro que no falla, es la afición. «Les animo a que vengan y nos ayuden a pasar la eliminatoria», concluyó.