En vísperas de los octavos de final de la Liga de Campeones que el Paris Saint-Germain debe disputar frente al Chelsea este martes en el Parque de los Príncipes no era precisamente una polémica lo que más necesitaba el club francés. Sin embargo, es exactamente lo que ha provocado el vídeo de 45 minutos difundido este domingo en el que el defensa del PSG Serge Aurier llama"marica" a su entrenador, Laurent Blanc.

La secuencia, grabada junto a un amigo mientras ambos fumaban una pipa de agua, se retransmitió en directo a través de la aplicación Periscope. Aunque Aurier está fuera de cámara cuando suelta la grosería, el insulto se oye en respuesta a la siguiente pregunta lanzada por un internauta: "¿Laurent Blanc se hace a menudo la loca o no?".

CRÍTICAS A IBRA Y DI MARÍA

El defensa se va de la lengua también al hablar de Zlatan Ibrahimovic, que ya ha pedido una traducción de las palabras del jugador galo. Tampoco es precisamente el lenguaje de un caballero el que usa para referirse a Angel Di María o al guardametaSalvatore Sirigu. Tras el cariz que han tomado las cosas, el internacional ha pedido disculpas al entrenador y ha aceptado las sanciones que se le han impuesto.

De momento, el marfileño de 23 años no disputará el encuentro de este martes frente al Chelsea y el PSG le ha abierto un procedimiento disciplinario y apartado del club de manera cautelar. El club ha calificado las palabras del internacional de “claramente inadmisibles” y ha apoyado a Blanc y a todos los jugadores que han podido sentirse ofendidos.

"UNA GRAN TONTERÍA"

“Hice una gran tontería, algo imperdonable, así que asumo todas las sanciones”, ha dicho Aurier este lunes en RMC Sport. El jugador ha añadido que, en el momento de la grabación, estaba “en plenodelirio” sin hacer mucho caso a lo que respondía porque se trataba de una aplicación de móvil “para divertirse”.

Sin embargo, no es la primera vez que Aurier se encuentra en el ojo del huracán por comentarios fuera de lugar. En marzo del 2015 insultó en Facebook al árbitro del encuentro PSG-Chelsea, llamándole "hijo de puta", lo que le valió tres partidos de suspensión. Su nueva metedura de pata daña un poco más la imagen poco ejemplar de los futbolistas franceses y ha desencadenado duras reacciones en el mundo del fútbol.