El 15 de mayo de 1997 parecía un día normal. España aún se horrorizaba con el crimen de Alcàsser que, por aquellos días, tenía a Miguel Ricart como único acusado. A nivel futbolístico, el Barcelona celebraba la Recopa de Europa recién ganada al PSG mientras Vila-real se encontraba en plena celebración de sus fiestas de Sant Pasqual.

Ese día, Fernando Roig y Pascual Font de Mora hacían público el traspaso de poderes que permitía que aquél se convirtiese en el máximo accionista del Villarreal. Nadie, absolutamente nadie, imaginaba de la dimensión de aquel acuerdo. Puede que solo el nuevo propietario, que tenía muy claro el proyecto que quería emprender, que ha transformado un club humilde cuyo techo era la Segunda A en la que entonces militaba, en un modelo de gestión de referencia mundial, transformando, de paso, la localidad, con la creación de una modélica ciudad deportiva (sede de una cantera de las más potentes del país) y la metamorfosis de un estadio modesto en el que se ha convertido ahora.

Mediterráneo recibía la noticia con el siguiente titular: La era Roig heredará una deuda histórica inferior a 50 millones. Conviene recordar que aún pagábamos en pesetas y que, al cambio, serían 300.000 euros, una gota en el océano actual del presupuesto de la entidad: 103 millones de euros. El montante de la operación ascendió a 72 millones de pesetas (unos 432.000 euros).

No tardó Roig en sentar las bases de las dos gloriosas décadas en amarillo, aunque al primer gran logro, el ascenso a Primera (1998), le siguió un retorno a la categoría de plata, un año después. El Madrigal cambió su faz a la vez que su masa social se multiplicaba dese sus alrededor de 2.000 abonados iniciales. El segundo ascenso del Submarino (2000) a la élite vino acompañado de un salto de calidad en la plantilla y las primeras estrellas empezaron a llegar: Palermo, Riquelme, Cagna, Arruabarrena, Amor, Víctor, Craioveanu, Senna, Cazorla, Forlán o Rossi son solo algunos de los futbolistas de primerísimo nivel que han vestido de amarillo en esta época, además de entrenadores como Floro, Pellegrini...

El bagaje

El Villarreal, por gestión, apuesta por la cantera y notables resultados deportivos, ya es una referencia en el mundo, fruto de una transformación sin parangón. Salvo el desliz de la caída a Segunda A en 2012, el Submarino siempre ha sido un equipo puntero, destacando el subcampeonato liguero del 2008 y las cuatro semifinales en competiciones europeas, destacando su gran papel en la Champions de su debut (2006), cuando acarició la final. O la de la Europa League de hace un año, cuando también rozó la final con la punta de los dedos.

Un modelo de club que lejos de estar agotado, continúa en plena vigencia, adaptado a los nuevos tiempos económicos que corren y que va más allá del fútbol, como lo constata su decidido apoyo por la mayoría de deportistas y equipos más relevantes de la tierra, la promoción de la provincia...