El fichaje de Cristian Herrera depende, más que nunca, del propio futbolista. El Castellón ha reformulado su oferta al Alzira, que contempla que el delantero asuma la diferencia entre lo que el club ribereño pide y el albinegro ofrece. Un esfuerzo económico que el consejo de administración que encabeza Vicente Montesinos compensaría con un contrato también para la próxima temporada y un sueldo mensual que triplicaría el que percibe en el Luis Suñer Picó.

Fuentes de la entidad valenciana confirmaron a Mediterráneo que «si el jugador tiene la voluntad de irse al Castellón, lo acabará haciendo». Existe cierta resignación en el Alzira que, además, ha perdido prácticamente sus aspiraciones de pelear por la promoción (aunque no era su objetivo inicial, los goles de Cristian Herrera le había hecho concebir esperanzas). La derrota del domingo frente al Torre Levante (0-1), un encuentro en el que el segundo máximo realizador del grupo (14) estaba ausente por sanción, les ha distanciado de la cuarta posición a 10 puntos.

Herrera ya ha trasladado al club su intención de venir al Castellón, desoyendo propuestas o bien más jugosas desde el punto de vista monetario o de superior categoría. Su pareja, que es de Vila-real y a la que el Alzira había conseguido un trabajo (ambos disfrutan de un piso también costeado por el club), había llegado a despedirse, aunque la directiva del Alzira frenó, en un primer momento, esta salida.

LA RESIGNACIÓN // No obstante, el Alzira empieza a asumir que no podrá retener a Herrera, quien cuenta con una cláusula por la que podía renovar automáticamente con los azulgrana. «No vamos a encontrar a otro jugador de estas características, con su edad, su rendimiento...», señala el presidente, Juan Antonio Sanjuán, que también tiene en cuenta que con la marcha del gerundense, deberá contratar a un entrenador para el equipo de fútbol base que ahora dirige el delantero pretendido por el Castellón.

Lógicamente, los albinegros también barajan un plan B, si bien presenta todavía más dificultades. Se trata de Raúl González, que milita en el Ontinyent de Álvaro Campos, pero la intención de la entidad de la Vall d’Albaida es la de no dejar salir a dos de sus puntales que han convertido al conjunto dirigido por Vicente Parras es un candidato a la fase de ascenso a Segunda A: el Ontinyent es quinto, aunque empatado a puntos con el Elche.