Cuentan que Muhammad Ali, el día antes a un gran combate se trasladó al ring y con una tiza marcó una X en el lugar donde tumbaría a su rival e, incluso, hasta dijo el asalto. Y, sí, al día siguiente así lo hizo. El británico Lewis Hamilton, enorme piloto, espectaculares manos, comentó antes de aterrizar en Montreal para competir en el GP de Canadá, séptimo de la temporada, dijo que quería homenajear al que había sido uno de sus ídolos. El sábado hizo la pole position y ayer, en uno de sus circuitos favoritos, consiguió la segunda victoria de la temporada, la quinta en la isla canadiense y, sí, celebró su triunfo a lo Muhammad Ali, recitando nada más cruzar la meta una de las míticas frases del boxeador desaparecido: “Flota como una mariposa, pica como una abeja”.

ESTRATEGIAS DISTINTAS // Hamilton, que encima comprobó los muchos y duros problemas que tuvo su compañero de equipo, el alemán Nico Rosberg, que tuvo que parar en boxes cuando acariciaba el podio por culpa de un inoportuno pinchado y, al final, debió conformarse con la quinta plaza, está ya a solo nueve puntos del alemán, que empezó ganando las cuatro primeras carreras de la temporada en Australia, Baréin, China y Rusia. Hamilton logró todo eso (triunfo, arañar puntos y homenajear a Ali) haciendo una sola parada en boxes, por dos del tetracampeón alemán de Ferrari, Sebastian Vettel, que corrió todo el tiempo casi a ritmo de vuelta rápida pero que nunca pudo alcanzar al piloto de Mercedes, que, al igual que hizo en Mónaco, supo mimar, con su pilotaje exquisito, la entereza de sus neumáticos hasta el final.

Y eso que todo empezó con una auténtica exhibición de ese sorprendente y fantástico sistema de salida del Ferrari, ya que Vettel se merendó a los dos Mercedes, a Hamilton y a Rosberg, en cuanto se apagaron los semáforos rojos.

Hamilton, por su parte, arrinconó a su colega Rosberg en la primera curva y ahí empezaron los problemas del aún líder del campeonato. Empezaron los problemas de Rosberg y comenzó la pelea entre los dos firmes candidatos a la victoria, mientras Fernando Alonso (McLaren) y, sobre todo, Carlos Sainz (Toro Rosso) protagonizaban dos impresionantes remontadas, que acabarían con el madrileño en una brillante novena posición (tras salir el 20º) y la 11ª plaza del asturiano, cuyos mecánicos pecaron en su segundo cambio de ruedas que lastraron su posición final.

HAMILTON, INVENCIBLE // Vettel fue el primero en cambiar sus ruedas en la vuelta 12 de las 70 que tenía la carrera, mientras que Hamilton lo hizo en la vuelta 28, para no volver a parar más. Cuando el tetracampeón alemán de Ferrari hizo su segundo cambio restaban aún 32 vueltas y se incorporó a la pista a solo 7.836 segundos del británico de Mercedes.

Muchos consideraron que Sebastian Vettel tenía tiempo suficiente para que, con neumáticos frescos, recuperarle ese terreno a Lewis Hamilton, que protagonizó unas vueltas tan perfectas, exactas y limpias como las que hizo por las calles de Mónaco.

Cuando restaban todavía 20 vueltas, Vettel estaba aún a 5.039 segundos; cuando faltaban 10 vueltas, el alemán de Ferrari seguía a 5.545 segundos y, en la vuelta 70, es decir, en la última de la carrera, Hamilton cruzó como ganador con 5.011 segundos sobre Vettel, lo que demuestra su prodigioso pilotaje en una jornada memorable. H