Escribá lo tenía claro. Si el Villarreal no se fue de Zúrich con los tres puntos fue «por una cuestión de acierto». La verdad es que viendo algunas de las ocasiones de las que dispuso el equipo amarillo, sobre todo en la primera mitad, no le falta razón al técnico, que lamentaba también «la sensación de agobio en los últimos minutos. Perdonamos lo que no es normal, solo nos faltó ser eficaz de cara a puerta».

El entrenador proseguía de la siguiente forma con su tesis al acabar el encuentro en Zúrich: «Hemos tenido al menos tres sin portero, una de Pato y dos de Bakambu. Que falles tres ocasiones sin portero en un partido es algo que no recuerdo, algo que no se puede entrenar, es solo tener acierto y no lo tuvimos».

Escribá asume a su vez que el partido era clave ya no solo por su importancia en la clasificación, sino por el apartado anímico: «Da rabia porque ganar nos hubiera venido bien y al final se ha sufrido hasta para empatar».

PENSANDO EN POSITIVO // El técnico pasaba ya página al encuentro en tierras suizas para centrarse en la última jornada: «Delante de nuestra gente, contra el Steaua, sabiendo que no será fácil, no podemos fallar porque sigue estando el pase en nuestra mano».

Sobre los minutos finales, lamentaba que «su juego consistió en colgar balones directos, que son muy difíciles de defender», al tiempo que añadía que el Villarreal «mereció ganar».

Criticó por último el técnico el tiempo para preparar la visita del Alavés: «El problema es que vamos a llegar de madrugada y vamos a jugar domingo por la mañana, esas cosas hay que cuidarlas porque después de 48 horas escasas volvemos a jugar».