En Lille el cuerpo de los jugadores italianos estaba sobre el césped, con Irlanda, que agotaba sus últimas opciones de aguantar en el torneo, enfrente. Pero la mente de los transalpinos ya estaba a varios días de distancia de lo que pudiera acontencer anoche. Antonio Conte, el técnico de la azzurra, solo alineó a tres jugadores de los que habían sumado las dos primeras victorias en la Eurocopa y habían asegurado el pase a octavos de final como primeros de grupo. Barzagli, Bonucci y Florenzi fueron los únicos titulares ante los irlandeses. Incluso el carismático Buffon, enfermo en los últimos días y amenazado de suspensión, dejó su puesto a Sirigu, en una de las pocas oportunidades del meta ante la longevidad del portero de la Juventus.

Y claro, Irlanda lo supo aprovechar para colarse en la primera ronda eliminatoria. Jugará ante Francia gracias al solitario gol de Brady a cinco minutos para el final, un tanto que hizo trizas las esperanzas de Turquía --el tercero que se queda fuera junto a Albania--, que todavía esperaba un último milagro para no despedirse de la Eurocopa.

Italia sacrificó mantenerse invicta en la competición en favor de una frescura que necesitará el próximo lunes en Saint-Dénis ante la vigente campeona continental, a la que espera con el ánimo de tomarse la revancha de las dos últimas Eurocopas. H