Un rival ante el que no se necesita una motivación especial, una ciudad en fiestas y un estadio lleno. El Villarreal reunirá esta noche (21.00 horas) todos los ingredientes necesarios para intentar hincarle el diente, por cuarta vez —el último triunfo data de la Liga 2015/2016, con un gol de Soldado— a uno de los grandes del fútbol mundial.

Esta vez, el reto de vencer a un Real Madrid todavía en construcción —con opciones de fichajes y ventas hasta el último día del mercado— tiene un valor, si cabe, superior. Uno, porque supondría la primera victoria de los de Calleja en la presente Liga —quién lo diría viendo la exhibición de 60 minutos de la anterior jornada ante el Levante o la ventaja de dos goles desperdiciada en 20 minutos frente al Granada—; y dos, porque sumar de tres hoy evitaría tener que mirar de reojo durante el primer parón de la competición a la zona de descenso, esa tan habitual la pasada campaña y a la que no quiere volver el Submarino tras el sufrimiento vivido hasta prácticamente el final de la última Liga.

20.000 ‘GROGUETS’ / La Cerámica será hoy un aliado de excepción para los amarillos. El estadio tiene previsto colgar hoy el cartel de no hay entradas. No será un lleno cualquiera; será un lleno del grueso de una afición inmersa en las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, con el plus de animación que esa circunstancia añadirá en el ambiente. Los 20.000 groguets que llevarán en volandas a los suyos ante un rival complicado pero con problemas. Al cúmulo de bajas de hombres importantes se une en el Real Madrid la irregularidad en el juego, patente en su última cita ante el Valladolid (1-1 en el Santiago Bernabéu).

El feudo amarillo también espera atragantársele de nuevo a los merengues, incapaces de ganar los dos últimos años —sendos 2-2— y que lo hicieron por última vez con ayuda del mismo árbitro que hoy estará bajo el foco. Veremos si Gil Manzano, el de las bolsas y el del VAR del Ciutat de València, está más acertado que cuando vio penalti en unas manos involuntarias de Bruno en la última victoria blanca en Vila-real.