Belgrado. Luka Doncic, uno de esos prodigios que el deporte produce a cuentagotas, alcanzó la cima de Europa. Y con él, el Real Madrid de Pablo Laso.

Tras saborear el pasado verano el oro en el Eurobasket con Eslovenia, y tan solo 24 horas después de ser escogido como el MVP de la competición europea (y también de la final), el joven talento esloveno de 19 años consiguió abrazar la primera Euroliga de su carrera, la décima en la historia del club blanco, la segunda en los últimos cuatro años, con un triunfo agónico frente al Fenerbahçe (85-80) con el que el equipo madridista ha logrado renovar su idilio con la competición.

Doncic, autor de 15 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes, el jugador por el que suspira la NBA para el próximo draft como primera o segunda elección posiblemente, fue el nombre propio de la final, pero el Madrid tuvo otro actor clave, e inesperado, el alero Fabien Causeur, autor de otros 17 puntos, y una espléndida imagen del equipo blanco, que ofreció una versión mucho más convincente que la del equipo de Obradovic, que contó con dos hombres a un gran nivel, Melli, estelar (26 puntos), y Wanamaker (14 puntos), pero fue inferior a nivel colectivo. «Este equipo tiene coraje, huevos, corazón, cabeza, lo tiene todo», indicó Doncic, y añadió: «Cuando sales a la cancha no piensas mucho en la presión».