Los jugadores del Castellón volvieron ayer al trabajo en una doble sesión, tras un día de libranza en el que debían dejar atrás el frustrante empate en Castalia frente al Teruel. Una jornada que debía suponer un reset en sus cabezas, pero cuando los futbolistas llegaron al campo de entrenamiento de Marina d’Or, fueron recibidos con una amenazadora pintada. Una gamberrada, amparada en el anonimato, que no debería significar nada más que eso, pero que refleja el malestar de una afición que empieza a colocar a la plantilla en su radar, a la hora de buscar responsables de la situación deportiva, con el equipo en la penúltima posición, a cinco puntos de la salvación directa y a tres del clavo ardiendo del play-out.

En vista del panorama, Óscar Cano, después del tirón de orejas público que supuso la rueda de prensa posterior al serio paso atrás dado el domingo en Castalia, se dirigió a sus hombres para tratar de quitarles de encima esa presión máxima que llevan acumulando y que, a juicio del técnico granadino, conducen a ese estado de ansiedad con el que la disciplina táctica, como quedó evidenciado frente al Teruel, salta rota en mil pedazos.

Óscar Fernández, a la conclusión de esa primera sesión del día, verbalizaba, al servicio de prensa del club, el resultado de esa reunión. «El míster nos ha transmitido, sobre todo, tranquilidad, porque vienes de empatar, porque las cosas no acaban de salir bien...», manifestó el extremo. «Que ahora es cuando hay que tener calma, tener el balón, pensar, no correr y correr, como nos pasó en la segunda parte...», evaluó.

El cántabro cierra filas. «He visto al equipo muy bien. Hemos entrenado con ganas de revertir la situación, porque aquí en Castellón la gente lo vive mucho, pero nosotros somos los primeros interesados en sacar esto adelante», consideró Óscar, quien llega también de un club con unas máximas exigencias, como el Racing, aunque reconoce que esta tesitura es nueva para él: «No me he visto nunca en una situación de ir tan abajo». «El año pasado nos quedamos fuera de play-off, que para un equipo que mínimo tiene que estar en Segunda A, ya es algo malo», matizó el norteño.

FUERA DEL FOCO // El caso es que entre los continuos relevos en el banquillo, las críticas dirigidas a la secretaría técnica y el vaivén en la propia plantilla, que casi ha cambiado un 50% respecto a la que arrancó la competición, ha mantenido al vestuario, en gran medida, lejos de la diana de la afición, que está viviendo en una situación límite, fruto de un equipo que apenas pierde, pero que casi no gana y casi siempre empata. Un equipo obligado a vencer en casi la mitad de sus 13 partidos para no volver a Tercera...