El argentino Leo Messi, decisivo con tres goles y una asistencia al uruguayo Luis Suárez, se destapó en el triunfo del Barcelona por 2-4 en el campo del Sevilla, lo que afianza a su equipo en el liderato para llegar con el ánimo muy alto a los Clásicos consecutivos en el Santiago Bernabéu, tanto en la Copa como en la liga.

El Sevilla comenzó con garra y brío, sin dejarse impresionar por el potencial culé, en una primera mitad movida y sin dominador claro, aunque la mayor intensidad de los andaluces, mucho más enchufados que un Barça contemplativo y a verlas venir, y también su acierto ante el gol les concedió pronto su recompensa.

El Sevilla hizo un gran primer tiempo, en el que se fue con 2-1 al descanso con goles de Navas y el argentino Mercado, aunque Messi ya apareció para empatar 1-1.

En la reanudación, el Barcelona tuvo que dar un paso adelante. Valverde metió en el campo a Sergi Roberto por Semedo y a Dembélé por un desapercibido Arturo Vidal, y acertó, pues su equipo superó con claridad a un Sevilla lastrado por las lesiones de Mercado y Wober, sustituidos por Franco Vázquez y Ibahim Amadou.

El astro argentino emergió en el segundo tiempo para dar una victoria crucial a su equipo con dos tantos más y una asistencia a Suárez, que hizo el 2-4.

Los hispalenses no tuvieron oportunidad de hacer frente a la gran segunda parte culé y pierden la plaza Champions.