La reunión del martes en Belfast por la IFAB (International Board), organismo dependiente de FIFA y responsable de las normas de juego, tuvo varios puntos centrales. Entre ellos, la confirmación de que la aplicación del VAR no está siendo homogénea y clara por parte de los árbitros, y que está estudiando posibles soluciones para arreglarlo.

Además del polémico VAR, otra de las medidas más sonadas que analizaron fue la de introducir, por primera vez en la historia del fútbol, cambios temporales en situaciones en las que un jugador sufre un fuerte golpe, una conmoción cerebral... teniendo que ser intervenido en la banda y dejando al equipo en inferioridad.

Esa podría ser la principal novedad en las reglas de juego para la temporada 2020/2021, una vez que la propuesta, presentada en su día por la UEFA, ha sido admitida a estudio por la IFAB. Dicho cambio tendría una doble consecuencia.

Mejor estudio médico

Por un lado, la sustitución temporal del jugador afectado por otro del banquillo permitiría al equipo médico tener el tiempo suficiente, y sin presión alguna, para evaluar al futbolista. Decisión que evitaría, además, que ningún jugador vuelva al terreno de juego debido a que su equipo está en inferioridad numérica y que, en muchos casos, acaba siendo perjudicial para el damnificado, porque el médico ha hecho un reconocimiento apresurado y ha vuelto al césped en unas condiciones no aptas para el deporte profesional.

El grupo de expertos trabajará en esta opción y será en la próxima reunión del 29 de febrero, donde decidirán finalmente si se incluye en las modificaciones de las normas de juego cara a la temporada que viene.

En este nuevo reglamento también podría incluirse un nuevo rol del capitán a la hora de dirigirse al árbitro para, así, reducir la presión de los futbolistas. De hecho, es uno de los mayores quebraderos que tiene la UEFA.

El mensaje que mandan desde el máximo organismo mundial, aplicable en todas las competiciones, es considerar inadmisible cualquier conducta irrespetuosa y ofensiva contra el árbitro principal o cualquiera de sus miembros.

Por esa razón, la UEFA otorga al árbitro la responsabilidad de sancionar a cualquier futbolista que critique alguna de sus acciones. Y es ahí donde entraría el papel del capitán, que sería el único habilitado para dialogar con el colegiado y evitar que varios jugadores lo rodeen para criticar sus decisiones.