Llega otro final de temporada con absolutamente todo en el aire para el Castellón. Esta vez, con la alegría/alivio de la permanencia en Segunda B, la tragedia --deportiva, social y económica-- que supondría un prematuro regreso a Tercera o prolongar el suspense un par de semanas más, en caso de verse obligado al play-out. Todo al cabo de los 90 minutos frente al Barcelona B que arrancarán a las seis de la tarde en Castalia (nuevamente entregado, en cantidad y calidad, a ser el jugador número 12, 13... y lo que haga falta), pero también en lo que suceda en otros cinco escenarios, en un desenlace impredecible (más todavía por la sospecha de maletines), agónico, dramático, taquicárdico y transistórico.

El Castellón, después de prácticamente toda la temporada (menos cinco jornadas) en zona de peligro, llega al último partido en una situación propicia respecto a como ha ido el campeonato, pero no del todo. Las miles de combinaciones posibles entre los siete equipos que luchan por no acompañar a Conquense y Ontinyent a Tercera (dos llorarán de pena y cuatro de alegría, con otro a la expectativa aún) son muchas (resumidas esquemáticamente en el gráfico inferior) y abarcan estrambóticos supuestos, como que una derrota no necesariamente le condena al descenso, como que incluso ganando puede bajar directamente.

Con todo, el Castellón tiene que hacer lo que esté en su mano, que es ganar... y esperar. Sobre todo lo que pase en el Mestalla-Espanyol B y el Cornellà-Teruel, aunque sin olvidarse del Alcoyano-Conquense y hasta del Olot-Sabadell y del Ejea-Peralada. Al margen de lo que acontezca en la alfombra de Castalia, habrá que estar preparado para el vuelco que dé todo, una y otra vez entre las seis y las ocho de la tarde, con cada gol que se produzca en cualquiera de estos seis partidos.

RECLUSIÓN // Desde el punto de vista del banquillo, Cano enfoca esta final de las finales desde un punto de vista, sino óptimo (ahí están los problemas de las últimas semanas de Cárcaba, Cubillas, Óscar, Pablo Roig o Verdú), sí favorable. El granadino aprovechará las horas de concentración en Marina d’Or, a donde se fueron después de entrenar ayer a puerta cerrada en Castalia, para moldear ese último once (al menos de la temporada regular). Como en las últimas semanas, quedan esas incógnitas de última hora, de puertas para fuera, como si mantendrá la defensa de cuatro o volverá a los tres centrales; si Satrústegui será el lateral izquierdo con unas bandas totalmente asimétricas (Rubén García-Muguruza por un lado; el navarro y Rubén Díez por el opuesto); la continuidad del rocoso doble pivote Gálvez-Castells...

El Barcelona B impone, pero quizás más por su nombre y lo que implica (la última vez que vino, hace 15 años, lo hizo con un Messi que empezaba a hacer de las suyas) que por el equipo que trae a Castalia. Entre que no se juega nada y las necesidades del primer equipo (cierra la temporada en Ipurua), en forma de lesiones y descansos para terminar de preparar la final de la Copa del Rey frente al Valencia de dentro de seis días, Valverde se ha llevado hasta Eibar al portero Iñaki Peña, así como al potente lateral derecho Wague, el talentoso Riqui Puig y los jugadores de ataque Carles Pérez y Abel Ruiz.

Y EL JUVENIL // Puede ser un gran día, porque el partido por la salvación del primer equipo vendrá precedido por el desenlace en la Liga Nacional Juvenil, con los albinegros obligados a mejorar al mediodía, en el Marquina, el resultado del Patacona o que se mantenga el triple empate con este y el Villarreal B para recuperar la División de Honor.