Pena máxima. El Villarreal se quedó a las puertas de su segundo trofeo como mejor juvenil de España tras caer en una larguísima tanda de penaltis ante el Zaragoza en Balaídos (0-0).

Los de Miguel Ángel Tena querían repetir la gesta del 2015, cuando el ahora técnico del primer equipo, Javi Calleja, guió a los amarillos hasta su primera Copa de Campeones, derrotando en la prórroga al Espanyol (3-2).

Sin embargo, la mala suerte se cebó ayer con el Villarreal, que dominó y pudo abrir el marcador con un penalti cometido sobre Fer Niño y marrado por Morante. El portero del Zaragoza, Carlos Azón, enmendó su error realizando una gran parada al centrocampista del Submarino.

Una oportunidad que pudo marcar el transcurso del partido... y el título. A partir de entonces, el conjunto de Iván Martínez volvió a exhibir la solidez defensiva que le condujo hasta la final: cero goles encajados en las tres eliminatorias. El Villarreal siguió buscando el tanto en la primera parte, pero los aragoneses impedían cualquier acercamiento a su área, con seguridad.

Tras la reanudación, mismo el guión: un Submarino en busca del gol y el Zaragoza agazapado para salir a la contra. La opción más clara antes de la prórroga la tuvo Carlo Adriano, que se sacó un preciso derechazo, obligando a Azón a una gran intervención.

Antes del pitido final, Puche estuvo a punto de darle el triunfo a los maños, pero un seguro Jörgensen mandó la final al tiempo extra, en el que tampoco se movió el marcador, pese a que ambos tuvieron oportunidades.

cruz en los penaltis / El título se decidió desde los 11 metros. Empezó fallando Javi Hernández para el Zaragoza, pero Galdón repitió el error. A partir de ahí, ambos equipos marcaron sus lanzamientos... hasta que Azón adivinó el tiro de John, con 7-6.