Francia se quedó sin su tercer título en casa. La gloria se le escapó en la prórroga a un anfitrión que acabó sucumbiendo ante el enorme corazón de una admirable Portugal, que supo sobreponerse a todas las desgracias para acabar logrando el título en la prórroga (1-0). Éder, un portugués nacido en Guinea-Bissau que juega en la Liga francesa, protagonizó el primer éxito internacional de la historia portuguesa. Cristiano apenas duró 24 minutos en el campo. Lesionado en la rodilla, acabó ejerciendo de entrenador junto a Fernando Santos en un desenlace histórico.

Pensaba Francia que ya tenía el trabajo hecho después de tumbar a Alemania en las semifinales. Pocos esperaban un final así. Portugal, esa selección que pasó la fase de grupos con tres empates, acabó llevándose el título después de tres prórrogas: en octavos, en cuartos y en la final.

La final de Saint Denis fue el remate ideal para un torneo marcado por el triunfo del fútbol rácano. Mucha intensidad, máxima tensión y poquísimo talento.

El cambio ya es una realidad. Solo Alemania despliega un juego comparable al de la mejor España. Xavi depositó el trofeo antes del partido y Cristiano lo alzó como nuevo campeón. Las lágrimas fueron para Francia, empezando por Griezmann, derrotado en la Champions y en la final de la Eurocopa en casa.

Los galos vivieron la misma desgracia que los lusos en el 2004, cuando fueron derrotados por Grecia en Lisboa.

SOLO UN TRIUNFO EN 90’ // Portugal es el nuevo rey de Europa después de ganar solo uno de los siete partidos disputados al final de los 90 minutos: la semifinal ante Gales. En el resto se movió al filo del alambre, flirteó con el desastre pero acabó llevándose la gloria, el premio al esfuerzo.

Puede que el castigo fuera injusto para Francia, que fue mejor en muchas fases del partido, pero le faltó puntería. Deschamps no arriesgó. Portugal jamás se amilanó y encontró el premio en su ecosistema favorito: la prórroga.

Nadie habría imaginado eso viendo el inicio del partido, en el que el campeón no dio ni tres pases seguidos. Francia, liderada por un Sissoko soberbio, gobernó el comienzo con una autoridad aplastante, solo alterada por un tiro de Nani (m. 4). Griezmann acarició el gol en un cabezazo desviado por Lloris (m. 9) justo antes de la entrada de Payet a Cristiano, que intentó seguir de todas las maneras. Fue imposible.

La ausencia de su referente envalentonó a Portugal. Entró Quaresma, Renato se ubicó en el centro y el conjunto luso equilibró las cosas. Su tesón y orden se midieron con la potencia y el músculo francés, aderezado por detalles de Griezmann y Payet.

Sin goles. Sin Cristiano, el conjunto luso se olvidó del ataque y Griezmann volvió a tener el título en su cabeza (m. 65). Le faltó fortuna al Principito antes de que Rui Patricio se agigantara en una acción de Giroud (74’). Lloris devolvió el golpe con una gran parada en un centro de Nani (79’).

La incertidumbre aumentaba y se llegó a la prórroga tras un poste de Gignac en el minuto 90. El ariete del Tigres de México pudo cambiar el signo de la final antes del tiempo extra. Ahí solo existió Portugal, que ha estado en tres de las cinco prórrogas de la Eurocopa.

Éder estuvo a punto de marcar en un córner (m. 104) y Guerreiro (m. 107) envió una preciosa falta al larguero en plena avalancha de los portugueses. Ese arreón lo culminó el punta guineano. Su derechazo (m. 109) condujo a Portugal al cielo, mientras CR7 se dejaba el alma desde el banquillo. H