Mal continúa el panorama por la capital del Turia. A dos puntos del descenso que ahora marca el Sporting, y con los dueños del club enfrentados a la afición, el Valencia está obligado a ganar el próximo domingo (20.45 horas) al Málaga para intentar calmar los ánimos.

A estas alturas de la Liga, el equipo che acumula tres victorias, dos empates y ocho derrotas. Cierto es que la fortuna no le sonrió en la visita a Sevilla (2-1), donde el juego mejoró respecto a anteriores compromisos, pero los números cantan y reflejan que Cesare Prandelli solo ha podido igualar los porcentajes de puntos conseguidos por su predecesor, Pako Ayestarán, y empeorado los del técnico anterior, Gary Neville.

El italiano ha dirigido seis partidos de Liga en el Valencia (una victoria, dos empates y tres derrotas) y lleva cinco sin ganar. Prandelli acumula, con cinco puntos de 18 posibles (28%), el mismo porcentaje que Ayestarán, con 10 de 36. Por su parte, Neville, en las 16 jornadas que aguantó en el banquillo, sumó 14 de 48 posibles (30%).

El Valencia acumula 24 desplazamientos de Liga sin mantener la portería a cero. El último encuentro en el que no recibió un tanto fuera de casa fue el Sporting-Valencia (0-1) que se disputó en campo de El Molinón en septiembre del 2015, hace 14 meses, todavía con Nuno Espirito Santo en su banquillo.

Cambios en Leganés

Quizás la estadística obligue a Prandelli a afrontar con otra mentalidad el compromiso de Copa del Rey de mañana en Leganés. Una opción que baraja el técnico afecta a la portería, donde el almenarense Jaume Doménech o Ryan confían en tener esa oportunidad que por ahora les está negando en la portería, territorio exclusivo de Diego Alves. En cualquier caso, en el seno de la plantilla che, afrontan el compromiso como una final, conscientes de que necesitan cambiar la dinámica actual.

El llanto de Gayà en el Pizjuán reflejaban la impotencia. «Es una situación en la que no nos sale nada», admitía el lateral totalmente hundido. «Está claro que el principal objetivo del equipo ahora mismo es la salvación», repitió Prandelli.