Pasan las temporadas, los entrenadores y los futbolistas, pero lo que permanece, lo que está sólidamente arraigado y cada poco pasa de un estado latente a presencia peligrosa, es el mismo enemigo, que no sino otra cara del anhelado y vital objetivo del ascenso y la presión que lleva aparejada. Más que cualquier otro rival del grupo VI de Tercera, ahí está el fantasma de la maldita presión, cuya última fechoría ha sido la de convertir un equipo fiable que hace tres semanas estaba en la pelea por el liderato, a otro que ve peligrar, incluso, su pasaporte para los play-off, después de ver como el Villarreal C ha vuelto a ponerse a solo dos puntos.

No lo pudo decir ni más alto, ni más claro. Kiko Ramírez ni siquiera lo adornó en Los Arcos, después de, posiblemente, su peor trago como albinegro (el Orihuela llegó a ir ganando por 4-0). Al catalán ni siquiera le consoló el maquillaje (4-2 al final). “Somos un equipo con presión. Sin ella, se juega mucho mejor”, dijo, en una corta rueda de prensa.

Las dos últimas derrotas han devuelto las dudas. Aunque prácticamente existe la misma desventaja respecto a la segunda plaza (Elche B y Ontinyent la comparten, solo tres puntos por encima de los albinegros) que sobre el quinto, el foco vuelve a estar puesto en el Villarreal C, que figura a dos puntos (más el extra del golaveraje particular). Además, el calendario no da un respiro inmediato: toca recibir al filial franjiverde e, inmediatamente después, visitar a los otros dos perseguidores que, junto a los amarillos, aún sueñan con el play-off (Crevillente y Torre Levante). El último mes es más asequible.

BUSCANDO LA EXPLICACIÓN // Ese exceso de presión lleva a situaciones como las vividas en el último encuentro frente al Torrevieja, donde el arbitraje y el fallo del penalti que hubiese significado el 2-2 descompuso a un equipo que, el domingo, vio cómo se le escapaba otro encuentro en el descuento de la primera parte, cuando recibió dos goles.

Fragilidad defensiva (¿cuántos goles lleva encajados con remates de rivales solos en el área pequeña?), la pérdida de protagonismo de futbolistas relevantes... son otras de las causas de este desplome, del todo inesperado. H